Todos los que me conocen saben de sobra que mi pasión es el baile y, por eso, hace un año me apunté a unas clases de bailes caribeños. Desde que empecé a ir me he perdido muy pocas clases y por fuerza mayor. Soy aliada de los intensivos, te ayudan a mejorar mucha aunque parezca que no.
Todos los años, cuando finaliza el curso, se realiza una exhibición de todas las clases que se imparten. El año pasado no fuí porque no me sentía preparada, pero me arrepentí. Así que ese año no me lo perdía por nada del mundo. Comenzamos a ensayar dos meses antes, a veces con ciertas dificultades, pero siempre con mucha ilusión. Fernando, mi profesor, nos dijo que seríamos una parea fija y salimos en punta para terminar en cabeza. Ese día yo me sentía algo nerviosa porque quería que todo nos saliese muy bien.
Vinieron a vernos muchas personas, entre ellas las personas más importantes para nosotros. La exhibición nos quedó muy bien, recibimos muchos aplausos y el profesor nos ha felicitado. Pero, realmente, fue todo tan rápido...
