Dicen que las flores no dejaban de cantar
tu nombre, tu nombre cariño.
Que las olas de los mares te hicieron un chal
de espuma, de nubes y lirios.
Y la luna no se convenció
y bajó a mirarte el corazón.
Y al mirarte dijo que no había visto un sol
radiante, más bello que mi bendición.
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo.
Mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído
yo te lo digo, qué bendición.
Dicen que las palmas aplaudían al oír tus pasos,
tus pasos cariño. Que los ríos salen de su cauce
al contemplar tus ojos, tus ojos divinos.
Y un lucero no se convenció
y bajó a mirarte el corazón.
Y al mirarte dijo que no había visto luna llena,
más bella que mi bendición.
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo.
Mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído
yo te lo digo, qué bendición.
Cuando me hablar oigo un coro de amor para dos.
El falsete de un te quiero pegado a tu voz,
qué bendición.
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo.
Mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído
yo te lo digo, qué bendición.