jueves, 13 de enero de 2011

Como conocí a vuestra madre...


"Como conocí a vuestra madre.." bien podría ser el comienzo de una de tantas historietas que los padres cuentan a sus hijos y que, a nosotros, nos encanta oir. Ese momento en el que tus padres creen que eres lo suficientemente mayor como para saber cuál fue su primer encuentro, sus primeras citas e, incluso, su boda. Y, después, todo lo demás.


Sin embargo, "Como conocí a vuestra madre..." es algo más. Es una serie como las que ya no quedan. La tele, hoy por hoy, es una completa porquería. Y que lo diga yo que quiero ser periodista tiene delito, pero es que... es una realidad. Sin embargo, cuando menos te lo esperas, encuentras esa serie que te nubla los sentidos. En mi caso esta. Para aquellos que me conozcan no es algo nuevo, ya me han oído hablar de ella. No sé qué tiene pero me encanta.


Para aquellos que no la hayaís visto, es un grupo de amigos que suelen quedar en un mismo bar siempre y cuentan sus historias. Tenemos a la típica pareja del grupo, que llevan su tiempo y que suelen ser el centro de los consejos, sobre todo en cuanto a relaciones se refiere. Luego está la chica que no encuentra su pareja ideal, que va de flor en flor pero que no se compromete con ninguno, aunque piensa que todos serán el amor de su vida. Es como un quiero y no puedo. Miedo al compromiso, algo real, ¿no?. Ted, el soltero que ha estado con la que no se compromete, pero que siempre está pensando en lo que le contará a sus hijos en un futuro. Es un dibujante que termina trabajando en la universidad y demasiado sensible para ciertas cosas. No puede dejar de buscar a la madre de sus hijos, pero la suerte no le apoya. Y, para finalizar, está Barney. Barney es esa clase de hombres que van de flor en flor, pero no porque no pueda comprometerse sino porque le sale del alma, por no ser vulgar. Le encanta picotear de todos los sitios, le gustan todas las mujeres ligeramente vistosas, es capaz de ligar con quien pretenda sin necesidad de comerse mucho la cabeza. Cuatro palabras y las tias caen por sí solas. Él se regodea de esto y no oculta su satisfacción al dar consejos sobre cómo ligar y le sale bien. Pero lo que realmente describe a Barney es su adicción por los trajes, nunca se lo quita, o casi nunca.


Probablemente mi descripción no os termine de convencer, es por ello por lo que recomiendo que le echeís un vistazo. Es una serie llena de humor, general y no general. Es de las pocas series por las que yo me quedo despierta a las 9.30 de la mañana. Es un placer que la TV encuentre un pequeño hueco para una serie tan grande como esta.


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