lunes, 21 de marzo de 2011

La perfecta cabrona


Ayer por la tarde me aburrí un poco, si, voy a reconocerlo. Y entre anuncios de American History X y momentos de "no tenemos mucho que contar", me puse a mirar los libros de las estanterías con la esperanza de encontrar algo interesante que rellenase esos minutos de vacío existencial. Si, existencial, porque ayer parecía no existir, era como un duende en su seta, como un angelillo en la nube, estaba que no estaba.


Y, rebuscando rebuscando, encontré un tesoro. Ay, qué tesoro!!. El manual de la Perfecta Cabrona y los Hombres. Sii, lo necesito, porque ni con los cuernos puestos lo soy. Yo dudo un poco, a primera vista, de la eficacia de este libro. Más que nada porque me lo leí una vez y, en vez de zorrilla, he sido oveja. Oveja de las que molan eh!!, pero oveja...


De momento tengo clara una sóla cosa: hay que esperar. No sé exactamente a qué, pero es lo que pone. A mi lo de esperar me parece bien, pero la mujer de este libro se pasa la vida esperando. Y, esperando esperando, nos plantamos en los 80 y no nos da tiempo a ser cabronas. Yo creo que el moldeado tiene que ser igual de rápido que uno de peluquería. Hablando de peluquería, me gustaría poder ir y decir: ponme un tinte de la marca extracabrona, a ver si se filtra algo... oye, a lo mejor cuela. Entramos ovejas y salimos cabronazas. Qué placer ! No es que mi sueño sea ser cabrona, no, sólo quiero estar a la altura de las circunstancias. Que si me cruzo con cabrones, nada mejor que ser un poco perra, no?


Nada, nada. Que esto a mi no me sirve, de momento, pero conseguiré serlo. No cabrona en plan: qué mala es ! Nono, cabrona en plan: se las sabe todas ! Eso si que estaria bien, sería famosa, me mirarían y dirían: por ahí va esa cabronaza !

No hay comentarios:

Publicar un comentario