domingo, 29 de agosto de 2010

Los mil golpes del hostelero


Este fin de semana más de lo mismo, poca gente en comparación con los meses no estivales, pero ¿que se le puede pedir a un pueblo pequeño en pleno verano? Poca cosa !! Las caras siguen siendo las mismas, alguna que otra cara nueva (siempre bienvenida), pero nada espectacular que contar. Los típicos vacileos de los clientes, las historias de la gente, la continuidad al fin y al cabo, pero lo que nunca falta, ningún fin de semana, son los golpes, las roturas de algún recipiente y cosas por el estilo.


Este fin de semana he parecido una diana, me he dado más golpes que dedos tengo en las manos (pero de las manos y los pies). Con el lavavajillas, contra el pomo, con la puerta... si, soy un poco torpe. Además he acabado con las existencias de naranjas. Valee, solo quedaba una pero la he desparramado por el suelo y nos hemos quedado sin ninguna. Hasta que hemos conseguido más. Pero son cosas del oficio. No importan los golpes, el fin de semana ha sido provechoso, productivo y de mucho aprendizaje. Ha valido la pena, en pocas palabras.


Lo mejor de todo esto es el descanso posterior, el de ahora, este buen rato de ocio. Hablando con mis amigos, escuchando buena música, riéndome... es un merecido descanso, o no?? Como diría uno de mis mejores amigos, pareces la versión femenina de Raúl. Lo soy, debes recordar que soy raulista. Me despido por hoy mientras escucho una muy buena canción de Los Suaves "Dolores se llamaba Lola"


Vengaa os dejo el enlace por si os apetece echarle un vistazo:

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