martes, 29 de diciembre de 2009

Quejarse por vicio...


Cuando me pongo a pensar en la cantidad de personas en el mundo que, a pesar de tener graves enfermedades, no se quejan; me avergüenzo de quejarme muchas veces por nimiedades. Y es que mientras ayer veía la gala Inocente Inocente (que llevan 15 años emitiendo) observé a un niño de apenas 13 años con un valor desgarrador, con una madurez al hablar característica de personas a las que la vida les ha golpeado tan fuerte que no lesha quedado más remedio que madurar si o si.

Y pensé: ¿Cómo es posible que las personas que estamos sanas nos quejemos porque nos duela un poco la cabeza? Es que deberíamos pensar en personas como él. Consciente de las necesidades que tiene pidió, en la medida de lo posible, una pequeña ayuda a todas esas personas que le estaban viendo porque, como él mismo dijo, él necesita ayuda para realizar cualquier actividad. Entonces cualquier ayuda es bien recibida. Ese momento me impactó muchísimo, tanto que se me escapó una lagrima. Es impresionante ver cómo hablaba, cómo se expresaba e, incluso, bromeaba con su situación diciendo que no era tan malo ya que "mientras otros se cansan de tanto andar, yo estoy aquí tranquilito"


Yo solo puedo decir que un olé para todas estas personas que luchan para seguir adelante. Ojalá todo les salga bien.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón del mundo, a veces nos quejamos por cosas minúsculas que no son importantes y hacemos un mundo de ellas, cuando hay cosas mucho más importantes y personas con problemas de verdad y no dicen nada

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