viernes, 11 de diciembre de 2009

Irati: un "pequeño" regalo

Hace menos de un mes vino al mundo mi prima Irati. Tantas ganas tenía de dar la lata que se adelantó un mes, nos tuvo un poquito en vilo, pero recuperó peso y pronto la tuvimos en casa. Desde que la ví en el hospital no habia tenido oportunidad de verla de nuevo. Entonces pensé: cuando sea el puente la iré a ver, no lo retrasaré más.
Pero parece que, cuanto más te empeñas en algo, más trabas te pone el destino. Oye y no sólo sirve para este caso, para todo en la vida vamos. Que quieres un trabajo, no encontrarás ninguno. Que te enamoras, calabazas... y así todo el rato.
Pero esta tarde, aprovechando que no "tenía" clases, pues he pillado un ratín y la he ido a ver. No pesará mucho más de dos kilos, es tan pequeña que hasta creo que entraría en la palma de la mano de su padre. Pero, aún asi, todo lo tiene perfecto. Te quedas embobada mirándola y piensas: ¿Cómo es posible que sean tan perfectos? ¿Cómo es la naturaleza tan sabia? ¿Cómo es posible que la vida te premie con estos pequeños, pero a la vez grandes, regalos? Son preguntas sin respuesta pero que hacen de la vida un mundo íncreible

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